Diseño por Consenso

Consensus Design Portada

Day, Christopher y Parnell, Rosie (2003) Consensus Design. Socially inclusive process. Architectural Press Elsevier Science Oxford

Christopher Day es un arquitecto, escultor y docente galés que propone un sistema de diseño participativo llamado “Diseño por Consenso”. El técnico y los usuarios colaboran, a través de un proceso creativo social en el diseño del espacio arquitectónico. Según él mimo indica, nunca ideó el sistema a propósito, sino que llegó a él de forma natural, como el modo de mejorar la calidad de sus diseños en base a tres elementos que él considera clave: el bienestar de los individuos, el ‘lugar’ y el medio natural en un sentido general.

El objetivo del autor es crear lugares hermosos, ambientalmente apropiados y con impactos negativos mínimos que tengan un efecto positivo en la salud y el espíritu de sus usuarios, es decir, realizar el diseño correcto para un lugar y unas circunstancias dadas. El autor comenzó por desarrollar para cada proyecto diferentes posibilidades que discutía con los usuarios, eventualmente desarrolló las dinámicas de participación que sistematiza y comunica en este libro como el camino hacia la mejor arquitectura posible.

Para lograr el “diseño por consenso”, los agentes involucrados en un proceso de diseño deben, en pie de igualdad, disolver sus ideas previas en torno al proyecto. El papel del técnico, además de participar del grupo como uno más, será el de hacer preguntas que dinamicen el proceso e indicar la viabilidad y las implicaciones de las decisiones que se tomen o posibilidades que se consideren. Una vez despojados de ideas previas y establecida la primera regla de juego (todas las ideas pertenecen al grupo en el momento en que se formulan), se procede a realizar un estudio detallado del lugar (siguiendo un sistema teorizado por la Doctora Margaret Colquhoun) que servirá de base a la fase de diseño. La estrategia consiste en analizar tanto en la fase de análisis como en la de propuestas “cuatro capas” que como en una cebolla componen el espacio.

El análisis del lugar se desarrolla del siguiente modo:

Paso 0 / Introducción.-

      Primera toma de contacto. Los participantes pasean por el lugar observando tranquilamente y quizás realizando un juego de roles (¿cómo ven diferentes personas el espacio que está experimentando?).

Paso 1 / Lo Físico.- Observación detallada del lugar e identificación de sub-lugares. Esta fase de observación ‘científica’ es la que permite trascender las posiciones iniciales acerca del proyecto ya que se limita a indagar en lo que hay. [De esta fase resultarán descripciones objetivas relacionadas con los elementos físicos, materiales, condiciones del terreno… y se identificarán las unidades significativas en que se pueda dividir el lugar, por ejemplo una zona alta, una zona de valle, zonas con mayor o menor vegetación, más o menos expuestas al ruido exterior…].

Paso 2 / El Tiempo.- El autor propone dos opciones para este paso dependiendo si el proyecto es de nueva planta o una intervención en un lugar ya construido, o bien realizar una cronología del lugar, buscando información gráfica y verbal de sus estados anteriores e imaginando la evolución a futuro o bien analizar los recorridos que se realizan en el lugar y las secuencias espaciales que se suceden al hacer uso de la parcela o edificio. [El resultado de esta fase lo constituirán planos con diagramas que analicen y que den cuenta de la historia del lugar].

Paso 3 / Los Estados de Ánimo.- Volver a analizar el lugar pero esta vez considerando los sentimientos que produce en nosotros y cuáles son los “estados de ánimo” de las diversas partes del lugar. [En esta fase se realizan mapas de colores de la parcela indicando las varias sub-zonas y los estados de ánimo que producen, se realizan diagramas…].

Paso 4 / El Espíritu del Lugar.- Durante esta fase el equipo de trabajo discute y reconoce cuál es la esencia central del lugar, entiende cómo se describiría el lugar a sí mismo en términos humanos. [El resultado de esta fase son dos o tres frases que describan la esencia del lugar].

Una vez establecidos estos puntos (se supone que el espíritu de un lugar es tan fuerte que si se escucha adecuadamente siguiendo los pasos propuestos no hay forma en que no se obtenga el consenso de forma natural) se pasa a la fase de diseño, donde el proceso se invierte:

Paso 4 / La Esencia del Proyecto.-

      En base a la esencia del lugar, ¿cuál será la esencia del proyecto? ¿qué dirá el lugar cuando el proyecto se encuentre completo? [De esta fase deben resultar otras dos o tres frases que resuman la idea central del proyecto].

Paso 3 / Los Estados de Ánimo del Proyecto.- ¿Qué actividades tendrá que albergar el proyecto? ¿Qué áreas de la parcela son más adecuadas a cada actividad? ¿Cuáles son los estados de ánimo que producirá cada actividad? [En esta fase se realizan listados de programa, se elaboran diagramas que expresen las tensiones espaciales que tendrán lugar en cada parte de la parcela y se preparan tarjetas a escala con las superficies de cada uno de los espacios relevantes]

Paso 2 / Las Relaciones Vitales y Temporales.- ¿Cuál es el flujo espacial del proyecto? ¿Cuáles las relaciones entre elementos? [Se trabaja con las tarjeta y éstas se organizan según las relaciones  entre los diferentes elementos del proyecto y las zonas identificadas en la parcela, se elaboran los primeros planos esquemáticos del conjunto]

Paso 1 / Elementos Físicos del Proyecto.- ¿Cómo se materializa el proyecto? ¿Qué materiales se utilizan? Preparación del proyecto en detalle. [El autor trabaja con modelos de arcilla para dar forma a los edificios a partir del plano base elaborado en el paso anterior, a través de la maqueta, los espacios se convierten en volúmenes y adquieren propiedades materiales, las formas pasan de rectángulos a las que sean adecuadas para cada espacio. El arquitecto debe hacer preguntas (¿Qué resultaría adecuado aquí? Muéstreme cómo lo resolvería usted…) y comprobaciones en relación a la adecuación climática, al coste, revisar los cuadros de superficies, etc. su papel es proveer información para que los usuarios elijan. El resultado final de esta fase será un plano detallado del edificio].

Paso 0 / Secuencia de Construcción.- ¿Cuáles serán las fases del proyecto? ¿Qué secuencia garantiza que el proyecto se encontrará ‘completo’ en cada fase? [Durante esta fase se trabaja con planos de secuencia de la obra, donde se muestra cómo queda el proyecto en cada fase si por alguna circunstancia no se avanza más en el trabajo].

Como se puede observar, el sistema desarrollado por el autor se basa en que a través de la observación ‘objetiva’ se puede progresar paso a paso hasta el conocimiento profundo de un lugar de modo que el consenso se producirá de forma espontánea cuando un grupo de personas ‘escucha’ adecuadamente todo lo que ‘dice’ el lugar.

Los ejemplos que proporciona el autor incluyen en su mayoría grupos de gente que buscan su colaboración y que se encuentran razonablemente en sintonía con su filosofía (que se empapa de conceptos procedentes de disciplinas como el fengh shui o el dowsing). Uno de los ejemplos, que ilustra el proceso seguido para diseñar un desarrollo comercial de viviendas en California demuestra las debilidades del sistema cuando el proyecto se hace más complejo (y también cuando el usuario final como tal no existe).

El autor entiende que aplicando su proceso todos los agentes envueltos en el proyecto deberían salir ganando, ya que lo que beneficia a todos beneficia a cada agente individualmente. Se explica que las personas una vez hayan superado sus posturas iniciales podrán acordar situaciones nuevas que resuelvan lo que “han descubierto que quieren” durante el proceso.

A pesar del lenguaje utilizado, la técnica descrita no se diferencia tanto de otros procesos participativos. Tal como describía el equipo de ‘Antígona Procesos Participativos’ en referencia a la fase del Plan de Acción, éste se iniciaba, en base al diagnóstico, creando unos escenarios de futuro deseables (que son más fáciles de acordar que otros elementos más concretos) y evaluando todas las propuestas que surjan a partir de entonces en función de cómo afectan al camino hacia el escenario de futuro deseado.

El sistema considera pues, un análisis detallado del lugar objeto de estudio (y su subdivisión en unidades significativas menores), de la historia local y de las secuencias de uso que se producen en él, e intenta sintetizar esta información en lo que llama ‘espíritu del lugar’.

En el proceso de diseño, la clave propuesta es respetar dicho ‘espíritu’ y trabajar con el programa funcional, analizando las superficies de cada elemento, las condiciones que harán cada parte del proyecto óptima (por ejemplo qué zonas necesitan vistas y cuáles no, qué zonas necesitan sol o luz de norte…) y cuáles son las relaciones entre las diferentes partes del proyecto y entre éstas y el lugar (y sub-lugares identificados). El diseño final se obtiene al trabajar en equipo espacial y volumetricamente comprobando continuamente los resultados desde los puntos de vista ecológico y económico, también planteando a los usuarios las alternativas que se presentan en por ejemplo la elección de materiales y describiendo cada opción para que ellos puedan elegir.

El autor hace hincapié en la necesidad de entender quiénes son los agentes implicados (y pedirles una reserva de tiempo para el proyecto) para no realizar trabajos que finalmente entran en conflicto con otras partes involucradas o analizar desde el principio los ingredientes económicos del proyecto para garantizar su viabilidad. Tiene dudas sobre cómo se integra a todo el equipo de consultores (ingenieros de estructuras, instalaciones…) en el proceso.

Los resultados finales de los proyectos presentados resultan sorprendentemente parecidos, y muy en la línea de los diseños de Christopher Alexander (la página web http://www.fantastic-machine.com/artandspirit/spirit-and-place/projects.html muestra fotografías de algunos proyectos). Esto plantea dudas sobre las últimas fases del proyecto, cuando toca dar forma a la arquitectura en base a los ‘datos de partida consensuados participativamente’. Parece que o bien el autor influye fuertemente en los usuarios o éstos se encuentran muy en sintonía con su imaginario estético. Parece que un asunto relevante en la aplicación de la participación a la arquitectura es cómo se trabaja el imaginario proyectual de los participantes, qué estereotipos manejan, si se les pueden ofrecer sugerencias, si se les pueden solicitar imágenes de sus edificios favoritos (los que hayan visto en la TV por ejemplo…).

El autor realiza una crítica hacia la profesión arquitectónica y formula una reflexión sobre la arquitectura vernácula que entiende como justificación histórica de la participación de una forma bastante simplista (obvia, por ejemplo la cantidad de diseños que hoy consideramos bellos y llenos de vida y que en su surgieron en el marco de sistemas de poder absolutista y a manos de equipos técnicos especializados, como por ejemplo ocurre en los jardines barrocos convertidos hoy en parques públicos y obviando la historia del diseño arquitectónico moderno, que si bien ha dado ejemplos terribles, también ha producido barrios y ciudades que sí son lugares con «alma»).

En definitiva, y esta es otra de las ideas principales del libro, la forma de avanzar en el camino de la participación en arquitectura pasa por comprender en detalle y compartir con los usuarios un proceso profesional de diseño (desmistificarlo) y hacerles partícipes de cada paso que se da y de qué alternativas se presentan a cada decisión tomad (realizar más listas de opciones como por ejemplo el uso de muros de carga frente a estructuras reticulares, el uso de hormigón frente a acero… ofreciendo pros y contras de cada una de las opciones… ampliar las paletas de materiales y soluciones constructivas disponibles, analizar comparativamente ejemplos desde el punto de vista de los usuarios, del rendimiento económico, del mantenimiento… )


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