Bordeaux – Saint-Macaire

(Embalamos las bicis, tenemos que ir hasta donde terminó la cuarta etapa para comenzar la quinta y no tenemos más opción que desmontar y embalar la bici para el viaje. Viajamos combinando la mejor opción que encontramos en esas fechas. Autobús, BilbaoBaiona. Tren, BaionaBordeaux. Utilizamos papel film de cocina para el embalado, con desmontar la rueda y los pedales conseguimos hacer el paquete de unas medidas aceptables. Es nuestro primer embalado y viajamos contentos con haberlo solucionado a la primera tan sólo con papel film. André estrena confiado parrilla prestada, la Carradice no pasó la prueba ni de la primera etapa.

En Baiona nos toca esperar, son cinco horas, paseamos por el barrio de la estación y al abrigo del wifi gratuito nos sentamos en la terraza de una cafetería estirando la conversación, comenzamos con Copylove, acabamos con historias de poliamor.

Hemos quedado para cenar con Stephan, Adelaida y su hijo Adrian en Cafe Des Arts. Cenamos magret y con ganas de rememorar la cena de la etapa anterior también una anduillette muy rica pero que no llega a la altura de nuestro recuerdo.

Nuestra conversación de adultos no resulta muy interesante. No tanto como la de Adrián que con un bolígrafo y una servilleta, nos hizo una boceto de su máquina para limpiar los pájaros contaminados por vertidos tóxicos.)

Desayunamos en el albergue, apuramos el wifi para mandar unos últimos mails antes de salir a la ruta. Comenzamos despacio, a la salida de Burdeos conectamos con un carril bici que llegado un punto se desvía de nuestra ruta. Continuamos por la D10, carretera paralela al río La Garonne, con tráfico, con pequeñas colinas entre châteaux y viñedos.
Estamos disfrutando de la ruta, en Langoiran paramos. Hemos visto un sitio que nos ha llamado la atención, caminamos sobre nuestros pasos y vemos que se trata de Le Bistro du Splendid. Es pronto, podemos avanzar un poco más en la ruta o entregarnos al accidente y comer aquí. Elegimos ‘accidente’. Es el restaurante del teatro del pueblo, comemos la formule du jour. De entrante una ensalada de lentejas y crema de espinacas, luego alubias con salchicha.

Continuamos la ruta, siguiente parada: Cadillac. Al llegar, la carretera se convierte en autovía, nos ponemos un poco nerviosos. No resistimos la tentación de hacernos la foto con el cartel de entrada. El pueblo es extraño, nos paramos en la puerta del castillo cerrado, nos tomamos una cerveza en una terraza. A estas horas el lugar parece deshabitado, una chica sentada en otra mesa escribe en su portátil.
Cadillac nos deja el cuerpo raro, así llegamos a Saint-Macaire. Un pueblo medieval pequeño y bien conservado.
Saint-Macaire se sitúa a orillas de La Garonne, en una colina. El subsuelo del pueblo es una cantera de donde se sacó toda la arenisca con la que están construidas las casas nobles de la ciudad de Bordeaux. La cantera tiene galerías de cientos de metros en el subsuelo.

Damos un paseo muy largo, el suelo del pueblo lleno de confetti nos dice que hemos llegado tarde a la fiesta. Ha sido el día de la música, parece que la cantera se utiliza como sala de conciertos por su acústica.
Esta noche cenamos en un bistró con pretensiones modernas, el vino nos sabe rico.

Fecha: 26-03-2014
Recorrido: Bordeaux - Saint Macaire 
Distancia: 48 kms.
Dormir: Domaine de Dame Blanche