Saint-Macaire – Feugarolles

Dormimos en una habitación con las paredes de papel pintado de flores grandes en colores pastel. Las camas son pesadas, de madera, con la ropa limpia pero vieja. Enfrente una chimenea.

Una pareja mayor, nuestros anfitriones, nos esperan de pie frente a la mesa de desayuno.
Así, de pie, mirándonos desayunar van pasando los minutos. Nos sentimos incómodos, permanecen de pie en silencio, se nos hace muy extraño pero el ambiente es casero.

Les preguntamos por Cadillac, él nos cuenta que es conocido por tener un manicomio muy importante en la región, también nos cuenta la relación con la marca de coches americana.
El origen de la marca viene de este pueblo. Es el nombre de la familia de nobles cuyo castillo da nombre al pueblo. En algún momento de la historia un miembro de la familia emigra a Estados Unidos a buscarse la vida. Después de trabajar en la General Motors termina creando su propia marca de coches con su nombre de familia. Hoy no es el día, pero podemos imaginarnos cómo son las concentraciones que se hacen de propietarios de cadillacs en Cadillac.

Continuamos la ruta por la carretera D1113 con la imagen en la mente de paseos en cadillac, nos afirmamos en la hipótesis de que el matrimonio que nos hospedó la noche anterior fue fruto de una historia de amor que surgió en el manicomio y que han encontrado la forma de ganarse la vida -y el equilibrio mental-, en su amor y en en hospedar, con amabilidad tensa pero sincera, a viajeros.

Llegamos a Castets-En-Dorthe, allí comienza el canal. Cruzamos un puente de hierro, justa a la izquierda vemos la primera esclusa que da acceso al Canal de La Garonne.
Es un día frío. Llevamos camiseta de manga larga y cuando paramos nos ponemos la chaqueta.

Ya rodamos por el Canal de La Garonne. Es un camino ancho en un asfaltado que no puede impedir el desarrollo de las raíces de los árboles. Vamos tranquilos, saltamos las raíces, encadenamos una esclusa con otra esclusa. Las aves no se esconden, salen volando asustadas al escucharnos, contamos en tres las personas que hemos visto hoy. Esto nos da para hablar del origen de la expresión ‘aquí te come Ramón’, hasta que paramos en Damasan buscando un lugar para comer.
Nos las arreglamos para hacer algo de comida en frío, buscamos un lugar para tomar un café que a la desesperada nos lleva a tomar uno de cápsulas en un TABAC. No es la dosis ni de calor ni de estimulante que necesitamos. Aún así lo disfrutamos.
Nos ponemos en ruta y André pincha el tubular delantero, nos echamos a temblar. Primero utilizamos cola, luego espuma, hemos perdido bastante tiempo y la noción de la distancia que nos queda para terminar la etapa. Nos hemos despistado y nos hemos pasado del destino, nos cuesta varios kilómetros encontrar el albergue-granja que acaba apareciendo ya con poco luz en medio de unos campos de cultivo.

Cenamos en La Gite Ruraux, deberíamos haber avisado, hemos llegado tarde y nos esperan para cenar todos juntos. Nos sentamos, somos seis en la mesa. La pareja que nos hospeda ya ha intimado con una pareja de jubilados bretones que atraviesan Francia para visitar a su hija que vive sola en Perpignan.

Nos sirven un licor como aperitivo, entramos en calor. Permanecemos al margen de una conversación que van hilando hasta descubrir que el el jubilado francés había trabajado de joven en el ferrocarril con el padre de la mujer que nos alberga. La mujer decide llamar a su padre para volver a ponerles en contacto, lo consigue. Mientras hablan por teléfono de lo que les unió en su juventud recibe gestos de cariño de su compañera de viaje. El momento ayuda a que bebamos vino alegremente. La conversación se ha vuelto emotiva y poco a poco dejamos de ser espectadores. Van consiguiendo desde sus preguntas conocer los detalles de nuestros viajes. Creo que el vino y la edad les hace ver algo romántico en nuestra aventura en piñón fijo, nos ganamos su corazón, ellos ya se habían ganado el nuestro. Cenamos un magret delicioso, en su punto, con las zanahorias más ricas que hemos probado en la vida. Cada vez que nos servimos en el plato lo reconocemos en voz alta. Nos miramos a los ojos, al finalizar la cena hemos intimado. Amablemente nos retiramos, hace frío, el vino nos mantiene en calor hasta el momento de meternos cada uno en nuestra litera.

Fecha: 27-03-2013
Recorrido: Saint Macaire - Feugarolles
Distancia: 82 kms.
Dormir: La Gite Ruraux
Detalles importantes: Es más interesante dormir en alguna población cercana, pero si finalmente duermes aquí reserva la cena.