Anglet – Mezòs

Ha llovido, pero no hemos pasado frío y estamos secos.

Ibai ha ido a por pan y croissants, desayunamos juntos, repetimos café seguro y es más que probable que también pan con mantequilla y mermelada. Como viajamos con Pascal que es un carpintero creativo, nos metemos en el garaje a fabricar con maderas una parrilla alternativa a la Carradice que tenemos rota. El caso es que el arreglo de la parrilla promete cumplir bien, nos miramos satisfechos, nos parece una solución bella.

Regresemos a Baiona y comenzamos a subir Las Landas. Ahora sí, aparece la planicie y el extraño privilegio que se siente al rodar por caminos para nosotros solos, entre pinos y granjas. Paramos para mear y sacarnos fotos, beber agua para volver a mear y sacarnos fotos. Cerca de Mezós nos cae una tormenta que no vemos venir. Nos da tiempo a parar y refugiarnos un poco en falso ya mojados dentro de nuestros chubasqueros. Al poco deja de llover, llegamos casi a oscuras, se hace de noche.

Nos cuesta encontrar La Ferme el chambres d’hôtes que tenemos reservado. Nos acoge una pareja que tras su amabilidad no consiguen esconder su punto de locura. Sólo una persona con alguna extraña obsesión constructiva, es capaz de hacer con sus manos la caseta donde nos alojamos.
Ella restauradora de muebles, él webmaster y por lo que parece constructor de casetas de madera mal acabadas.
Salimos rápido en busca de pato a Le pitéou, único restaurante abierto del pueblo. Cenamos ensalada landaise en todo su esplendor, diferentes hojas de lechuga con el ‘poker de ases’ del pato: su molleja, jamón, foie, magret, y un buen queso de cabra. Bebemos vino durante la cena y un buen armagnac comentando la extraña decoración handmade del restaurante, viendo un álbum de fotos de fiestas surfers landeses de los años 80, haciendo hipótesis sobre las vidas de los dos hombres que beben ya un poco borrachos en la barra.

Cansados y contentos, mirando el cielo estrellado, vamos a dormir. Hacemos sorteo de camas, una de matrimonio dos de niños. Nos hacemos pequeñas heridas con las astillas y las puntas mal clavadas de la caseta y nos quedamos dormimos cada uno mirando la pantalla de su móvil.

Fecha:11/10/2012
Recorrido: Anglet-Mezós
Distancia: 98,36 kms.
Dormir: La Ferme
Detalles importantes: Recordad que en Francia se cena mucho antes, sobre todo en zonas rurales. A veces encontrar un lugar para cenar a las 21:00 puede ser un gran reto.