Feugarolles – Castelsarrasin

Al despertar lo sentimos, el día está húmedo. Tratamos de conectarnos al wifi desde el único rincón donde conseguimos tener cobertura. Mandamos mensajes de pie, con gesto de frío. Tratamos de hacer el desayuno largo, la lluvia es fina pero persistente y fría. Posamos para una foto que acabara en el álbum de la Gite Ruraux. Nos despedimos abrigados con nuestros chubasqueros.

Coincidimos con un yate de recreo en la primera esclusa que vemos en funcionamiento, tarda diez minutos que permanecemos inmóviles bajo la lluvia viendo todo el proceso.

Buscamos en el mapa de turismo un pueblo que tenga alguna tienda de alimentos. Cerca del canal los pueblos son pequeños, no todos tienen.
Paramos en Sèrignac-Sur-Garonne, cuenta con una charcutería y un pequeño supermercado.

Compramos el paté de campagne más apetecible, una ensaladilla con pepinillos, buen pan, plátanos y chocolate. Haber encontrado comida nos sube el ánimo, damos un paseo, vemos un árbol que más que trepador parece estrellado contra una casa, por algún motivo nos detenemos para no pisar a dos gusanos que copulaban desafiantes en la calzada. Continúa lloviendo sin parar y hace frío.
Llegamos a Agen, el primero de los grandes acueductos que cruzan el canal sobre el río La Garonne. Lo cruzamos despacio por el escaso metro y medio de paso para viandantes, con precaución, un poco impresionados para la magnitud de un canal de diez metros de altura y quinientos cuarenta metros de largo sobre el río.

Tratamos de encontrar la única tienda de reparación de bicicletas de todo el recorrido, queremos comprar espuma y pegamento para reparar un posible nuevo pinchazo del tubular. La encontramos cerca de Valence-d’Agen, estamos congelados, empapados y vemos que una pizzeria de carretera es el único lugar posible donde tomar un café con leche caliente. La pizzería está vacía pero las mesas están reservadas para las comidas, nos los tomamos sentados en el lugar reservado a los juegos de niños. Las sillas pequeñas de plástico sorprendentemente aguantan nuestro peso, nos tomamos el café con leche caliente con doble de azúcar.

Hemos entrado en calor y nos animamos a continuar ruta. Nada más salir, nos damos cuenta de que el café no ha sido suficiente. Seguimos mojados, entre temblores, frotando nuestros brazos, nos comemos un plátano, un par de onzas de chocolate, retomamos el camino.

No sé quien de los dos la ve primero, pero entre la niebla aparece amenazante un central nuclear de dos núcleos, es el municipio de Golfech.

Llegamos a Valence, paramos para tratar de recrear en nuestra imaginación el funcionamiento de un antiguo lavadero en forma de círculo. Hacemos fotos, decidimos que este será el lugar donde comeremos hoy. Sacamos la comida que llevamos cargada en las alforjas.

Seguimos ruta y no paramos hasta el puente de Les Grets (D15) donde la anchura del río nos deja bloqueados. Encontramos la respuesta, lo que pensamos hasta ahora que era el río, era el canal de Golfech que alimenta de agua a la central nuclear. Con esto entendido, podemos subir a la bici y pedalear sin la confusión de no haber entendido algo tan simple como el curso de un río.

Pasamos un segundo viaducto a las afueras de L’Abbaye St-Pierre. Lo cruzamos con cuidado, comentamos lo espectacular que está siendo la ruta hoy.

Tenemos que pasar unos terrenos industriales antes de llegar a Castelsarrasin. Al llegar al pueblo nos sorprende que está lleno de militares. Es un pueblo grande, el hotel en el que nos alojamos es un establecimiento art-decó. Mantiene en buen estado los ornamentos de los salones y las escaleras, pero en general los equipamientos presentan un estado de sutil decadencia.

Nos quedamos mirando un cuadro de árbol genealógico mientras esperamos en recepción. Vemos que la mujer con aspecto de monja que nos atiende es la sexta generación en el negocio de la familia.
Tardamos en encontrar un sitio que nos parezca apetecible para cenar. Nos atrevemos a entrar en un restaurante con pretensión moderna que estaba vacío, cenamos una cassoulete que es en si misma un espectáculo.
Ha sido un día duro, hemos pasado frío, pero justo en este momento saboreando la última copa de vino estamos en la gloria.
Damos un paseo, ha dejado de llover y tenemos charla suficiente para estirar la llegada al hotel.
Estamos animados y nos encontramos una fiesta privada en un bar, pensamos en entrar, colarnos, hacernos los despistados y aprovechar para tomar un último trago, pero después de dudarlo mucho nos puede el pudor y el cansancio.

Fecha: 28-03-2013
Recorrido: Feugarolles - Castelsarrasin
Distancia: 82 kms.
Dormir: Hotel Marceillac (no lo recomendamos, seguro que encuentras un sitio mejor en esta ciudad)