«El lujo precario» (I)

Laboratorio Urbano (2004)

Primer artículo de una serie de dos que describen de forma crítica los desarrollos urbanísticos recientes de la ciudad de Madrid. Colaboración con el periódico quincenal Diagonal (nº -1).

1.- ¿La extensión es desarrollo?

Los Planes de Actuación Urbanística, más conocidos como PAUs, son el instrumento que diseñó en la década de los noventa el Ayuntamiento de Madrid “con el propósito de poner en el mercado un considerable volumen de suelo urbanizado con el que hacer frente a la importante demanda de vivienda a precio asequible existente en Madrid” (1), “con el objeto de evitar, entre otras cosas, el éxodo sostenido de población joven hacia los municipios de la periferia, y la dinamización del sector inmobiliario como una de las claves de la economía regional” (2).

Ante estos dos principales objetivos iniciales nos encontramos con un diferente grado de desarrollo: mientras que el problema de acceso a la vivienda tiene dudosa resolución a través de la actuación de los PAUs, el sector inmobiliario sí es, actualmente, el sector clave del desarrollo económico. Así, los PAUs expresan “las contradicciones entre mercado y responsabilidad pública en el proceso de construcción de la ciudad”(3).

El problema de acceso a la vivienda es evidente, y se convierte en un imposible para aquellos sectores en situación más precaria como jóvenes y migrantes. Pero frente a posiciones de rehabilitación y densificación del centro, promoción de otros modos de acceso a la vivienda como el alquiler o penalización de las viviendas vacías, el instrumento elegido por las instituciones locales es convertir 2320,1 hectáreas (el equivalente a 3.156 campos de fútbol) en Suelo Urbanizable Programado. Un despilfarro de suelo por la relación entre superficie destinada y la población alojada para esos nuevos crecimientos (llamarlos barrios y no agrupación de viviendas (4), parece un exceso en su estado actual). Su tamaño se asemeja a lo que creció Madrid desde sus orígenes hasta que fue convertida en la Villa y Corte en el año 1561-es decir, lo que hoy corresponde al distrito Centro-. La velocidad de crecimiento no se puede mantener, entre otros motivos, porque algunos de los PAUs acaban en el límite administrativo de la ciudad. Condición de borde que parece no importar demasiado.

El lujo precario

De este modo nos encontramos que los PAUs no sólo no resuelven el problema actual de vivienda, alejándose enormemente de sus planteamientos iniciales tanto en número de viviendas de carácter social como en el sistema de gestión, que en este momento es principalmente de carácter privado; sino que además dichos crecimientos no responden en absoluto a cuestiones de calidad urbana. Muy lejos quedaron ya, si es que alguna vez existieron, las grandes intenciones de desarrollos equilibrados.

Según las fuentes oficiales “se trata de áreas de alta calidad urbana y medioambiental con bajas densidades y amplias zonas verdes que fomentan la complejidad urbana a través de usos diversos. […] Nuevas zonas de expansión de la ciudad con la vocación de generar desarrollos equilibrados” (5). Existen muchas lecturas de “calidad urbana”, pero la diversidad de opiniones parece importar poco, ya que palabras como participación o creación de la ciudad desde las comunidades (y no sólo colección de viviendas o de intereses inmobiliarios) no tienen nada que ver con el modelo de ciudad que unívocamente se propone en los PAUs (6). La falta de arraigo en el territorio es patente desde la asignación por sorteo de la vivienda en algunos casos, hasta la homogeneidad de todos los PAUs; será fácil perderse en la cuadrícula de ladrillo con calles que parecen no acabar nunca.

Se podría hablar de una “ultraperiferia”: el lugar más alejado de la ciudad, situado entre tejidos urbanos y junto a no-lugares, como el campo sin fruto y la autopista sin salida. Sanchinarro y Vallecas ilustran claramente esta “ultraperiferia” en sus dos tipos, el norte y el sur: la abundancia de infraestructuras que aíslan y la falta de recursos.

Imprevisiones encadenadas

Generar desarrollos equilibrados y de alta calidad medioambiental más que una vocación parece un deseo no cumplido. El uso de esa gran cantidad de suelo para densidades tan bajas, con un modelo de comercio en locales de un desarrollo no programado o en grandes superficies, junto a la ausencia de tejido productivo, parece aumentar el uso del vehículo privado en vías rápidas y de muchos carriles.

La falta de previsión de transporte público de calidad (surgirá “a posteriori”, como fruto de la necesidad) se une a ello. Esta falta de previsión es también la causa de los serios retrasos generalizados. No se ha planificado la creación de estos nuevos barrios en términos de proceso, sino de forma final; este error se muestra en que ahora hay viviendas sin equipamientos, o parques sin vecinos. Sin embargo, la ciudad es proceso, como prueban las continuas obras para la mejora y mantenimiento de las instalaciones de la ciudad “consolidada”.

Otro factor sería el alto grado de zonificación, contrario a cualquier complejidad, no sólo por usos (zonas verdes estandarizadas o muy extensas, sin un diseño particular) sino también por niveles económicos con agrupación de tipos de vivienda: VPOs (vivienda precio oficial : hasta 90 m2, aprox. 900 €/m2), VPTs (vivienda precio tasado: hasta 110 m2, aprox. 1200 €/m2) y Vivienda Libre. Además, los desarrollos están dirigidos a población joven, casi exclusivamente, y eso no aporta diversidad social.

Este no es el urbanismo sostenible de un municipio adscrito a la Agenda 21. “El desarrollo sostenible es aquél que ofrece servicios ambientales, sociales y económicos básicos a todos los miembros de una comunidad sin poner en peligro la viabilidad de los sistemas naturales, construidos y sociales de los que depende la oferta de esos servicios”.(7)

¿Están ofreciendo los grandes crecimientos de Madrid estas condiciones? Constantes de los PAUs como el trazado indiferente a la orientación solar y a la de los vientos (la herramienta más sencilla para la adecuación climática de las construcciones); el exceso del área asfaltada, lo que ayuda al calentamiento, debido a la desproporción entre la anchura de la calle y la altura de edificación; la dependencia de suministros de los nuevos crecimientos de la ciudad existente frente a la producción de (gran) parte de la energía, no son el modelo de ciudad que la administración pública debería dar a la iniciativa privada para adecuarse a las nuevas demandas.

A este respecto, resultan de interés las intervenciones puntuales sostenibles propuestas en las tres escalas, tales como la Manzana “Sunrise” (edificación), el Ecoboulevard “Mediterranean Verandahways” (calle peatonal) y el parque de la Gavia “Water Spirals” (zona verde), todos en el ensanche de Vallecas, auspiciados por la EMV y la Unión Europea, que desgraciadamente sólo son actuaciones desligadas del resto de la operación, absolutamente desmembradas del resto de las propuestas y planteadas simplemente como actuaciones singulares de reclamo de lo que podría haber sido pero no es. Estos ejemplos no afectan, por lo tanto, a un desarrollo morfológicamente rutinario que ha supuesto “un movimiento de transacciones y concentración de titularidades de suelo a una escala antes desconocida”(8).

(1) http://www.munimadrid.es/urbanismo/gmu/inicio.htm

(2) Javier de Marcos y Javier Ruíz (2003) “Los PAUs de Madrid”. Club de Debates Urbanos. Javier Echenagusía (ed.); Club de Debates Urbanos, Instituto Juan de Herrera, Madrid.

(3) José María Ezquiaga Domínguez (2003) La operación de los PAUs; Un siglo de vivienda social (1903/2003) Tomo II, Carlos Sambricio (coord); Editorial Nerea.

(4) Agustín Hernández Aja (2000) “La Ciudad Estructurada”; Biblioteca CF+S (Ciudades para un futuro más sostenible). Boletín nº 24.

Julio Alguacil (1995) “Veinticinco tesis sobre la complejidad del concepto de lo social en las intervenciones de vivienda pública”. Pensar la vivienda, Luis Cortés Alcalá (coord.); Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid, Talsa Ediciones, Madrid.

(5) http://www.munimadrid.es/urbanismo/gmu/inicio.htm

(6) Javier de Marcos y Javier Ruíz (2003) “Los PAUs de Madrid”. Club de Debates Urbanos. Javier Echenagusía (ed.); Club de Debates Urbanos, Instituto Juan de Herrera, Madrid.

(7) Esther Higueras García (2002) “La Agenda Local 21”. MASTER DE MEDIO AMBIENTE Y ARQUITECTURA BIOCLIMATICA. Departamento de Construcción y Tecnologías Arquitectónicas. Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid.

(8) José María Ezquiaga Domínguez (2003) La operación de los PAUs; Un siglo de vivienda social (1903/2003) Tomo II, Carlos Sambricio (coord); Editorial Nerea.


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